Origen del Folclor en Chile
Somos hijos de América, Europa y África
Margot Loyola
En la gestación del folclor
chileno han intervenido tres vertientes culturales: la aborigen, la europea y
la africana.
La vertiente aborigen incluye las
expresiones de distintos pueblos, entre ellos: Aymara, Atacameño, Mapuche y
Rapa-Nui. En la cultura Aymara y atacameña destacan las danzas individuales y
colectivas, caracterizadas por: la expansión en rondas, los pasacalles, las
hileras, las filas, los pendulares y los bloques de avance y retroceso, todas
vinculadas con sus respectivas cosmovisiones, la presencia de dioses tutelares,
la naturaleza y la fertilidad. Destacan instrumentos como la zampoña y los
aerófonos, entre otros, y bailes como el huayno y la cacharpaya o el carnaval.
Asimismo, el pueblo Mapuche, también incluido dentro de la vertiente aborigen,
vuelca en su música y danzas un hondo contenido simbólico, mágico religioso,
expresado en ritos de iniciación, de reafirmación de poderes de curación y
rogativas, presididos e íntimamente ligados a la Machi, a quien se atribuyen
poderes espirituales superiores y quien actúa como intermediaria entre los
hombres y Gnenechen. Las expresiones culturales de Rapa-Nui o Isla de Pascua,
pertenecen a una raíz polinésica que forma parte de la vertiente aborigen. De
su antiguo repertorio coreográfico y musical quedan escasos vestigios pero se
sabe por las investigaciones del doctor Ramón Campbell y posteriormente de
Margot Loyola que sus danzas estuvieron ligadas a ritos de iniciación y
fertilidad.
La vertiente europea, fue en sus
inicios principalmente hispánica. Posteriormente se sumaron a esta los aportes
de los inmigrantes de distintos países entre los que destacaron Alemania, Italia,
países árabes y otros. Algunas danzas religiosas presentes en Chile con notoria
raíz hispana son la diablada, que está presente en todo el norte y centro de
Chile; el juego de Banderas, tradicional en la fiesta del Nazareno de Caguach
en Chiloé. La danza y las lanchas sólo se bailan en el sur de la región de
Coquimbo y en parte de la región de Valparaíso. Destacan también las
estudiantinas; el canto a lo Divino; los villancicos y tonadas al Niño Dios,
las danzas festivas que se folclorizaron en nuestro país como las variantes de
cueca, la jota, la seguidilla, la habanera, la polka, la mazurka y otros. Demás
está nombrar instrumentos como el arpa, la guitarra o el piano y expresiones de
la poesía popular como las décimas, las coplas y los romances.
La tercera vertiente del folclor
chileno es la africana, traída por los esclavos negros llegados al cono Sur de
América (de Bautú y del Congo). Aunque en Chile la herencia africana no está
tan presente como en otros países latinoamericanos, es posible encontrar
huellas en algunas expresiones culturales, como la cueca y el Cachimbo. (Memoria Chilena)
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